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S E N S O

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuarto largometraje de Luchino Visconti, el primero en color y el primero de la prolongada colaboración de Visconti con la escenógrafa Suso Cecchi. El guión es de Suso Cecchi d’Amato y L. Visconti, con la colaboración de Tennessee Williams y Paul Bowles, que adaptan el relato breve “Senso”, de Camilo Boito..... Se rueda en escenarios naturales de Venecia, Verona, Vicenza (Villa Godi Valmarana), Teatro La Fenice (Venecia), Solferino (Lombardía) y en los platós de Titanus Studios (Roma). Fué nominada al León de oro y se proyecta por primera vez en público en septiembre de 1954....La acción dramática tiene lugar en Venecia, la finca familiar de Aldeno (Trentino-Alto Adige), el campo de la batalla de Custoza y alrededores, en 1866, a lo largo de 2/3 meses de la primavera, prolongados hasta el 24 de junio. La condesa Livia Serpieri de unos 22 años, siente gran afecto por su primo, el marqués Roberto Ussoni, patriota, organizador de la manifestación popular en el Teatro La Fenice. Quiere evitar por todos los medios el duelo desigual de éste con el teniente austriaco Franz Mahler a quien ruega que desista del reto. Ella es garibaldina, atractiva, joven, apasionada y celosa. Franz es apuesto, seductor, mujeriego, oportunista, irresponsable y carente de principios. El film suma drama, historia, romance y guerra. Cronológicamente se sitúa en los últimos meses de la ocupación militar por parte del Imperio Austro-húngaro de la Lombardía y el Veneto y en el inicio de la creación del nuevo estado de Italia bajo el liderazgo de Giuseppe Garibaldi, héroe de la unificación junto a Giuseppe Mazzini, Cavour y Victor Manuel II. Exalta la acción de los patriotas garibaldinos, las manifestaciones de afirmación patriótica y anti-austriaca, la ópera, la figura de Verdi como icono del patriotismo italiano y la música del compositor austriaco Gustav Mahler. Se muestra la agonía y la decadencia de la aristocracia como clase dominante, a causa de su insolidaridad, individualismo, codicia y colaboracionismo con el enemigo. La decadencia de la aristocracia brinda la oportunidad para que se impongan los sentimientos del pueblo llano, compuesto de trabajadores del campo y la ciudad, a favor de la independencia, la justicia y la libertad.

 

 

La película desarrolla un melodrama clásico de pasiones arrebatadas, sentimientos desgarrados, relaciones movidas por la crueldad y el despecho, emociones exasperadas y frustraciones dolorosas. El hilo conductor viene dado por una pasión autodestructiva, no sometida a control, que engendra deslealtades, traiciones y venganzas. Visconti concibe el melodrama como un espectáculo completo por cuanto, en su opinión, compendia y explica lo que es la vida. El melodrama no es para él el fin de la representación, sino el medio más eficaz y significativo para evocar el drama de la vida de las personas y los pueblos. Con su ayuda construye una metáfora de los hechos históricos que alumbran el “Risorgimento”, los deseos de unificación del país (Italia) y la reivindicación de los ideales de libertad, igualdad y solidaridad tomados de la Revolución Francesa. Los sentimientos del pueblo italiano en lucha contra los austriacos hallan su mejor expresión en “Il Trovatore”, de Verdi, que abre el inicio del film. La obra no obtiene ningún premio en el Festival de Venecia a causa de presiones políticas de la derecha, que contribuyen a elevar el prestigio del film.....Mas tarde anticipa “El gatopardo” (1963), el segundo trabajo de Visconti sobre el Risorgimento....Son escenas memorables la batalla de Custoza (Sommacampagna, Verona), el fusilamiento en la noche de la celebración de la victoria austriaca de la batalla de Custoza, el dramático reencuentro de los amantes en Verona, el paseo nocturno inicial de Livia y Franz, el tumulto patriótico en el Teatro La Fenice, la emotiva atención que dedica a la presencia de los servicios humanitarios de Cruz Roja en el campo de batalla y el recuerdo que evoca de su creación a raíz de la batalla de Solferino (1859) en la que se habían enfrentado, ocho años antes, tropas austriacas y franco-piamontesas. La filmación de la batalla de Custoza se realiza en escenarios reales de Solferino (Mantua, Lombardía).


 

La banda sonora ofrece pasajes reiterados de la 7ª Sinfonía de Anton Bruckner que añaden sentido épico y operístico a las escenas culminantes. Se ofrecen además varios pasajes de la ópera “Il Trovatore”, de Verdi. La fotografía, de Aldo Graziati (G.R. Aldo), Robert Krasker y Giuseppe Rotunno, en color, se inspira en la pintura italiana de 1860-70 y en autores como Francesco Hayez (1791-1882), Giovanni Fattori ( 1825-1908) y otros. Hace uso de planos secuencia, una estética sobrecargada y refinada, que se expresa desde el realismo crítico, y un movimiento de cámara intenso y complejo. Siente fascinación por los uniformes militares...El aristocrático Luchino Visconti dirigió a la actriz Alida Valli, nombre artístico de la baronesa de Markenstein Frauenberg.Como interludio entre sus espléndidas incursiones en el reputado género neorrealista (magnífica dirección de obras como “La tierra tiembla” o “Bellísima”), el conde de Lonate Pozzolo giró hacia los ambientes en los que había nacido. Si algo hace especial a Visconti, entre otras cosas, es su lucidez para captar y mimetizarse con diferentes y muy dispares realidades sociales y políticas que acontecieron en su país. Como descendiente de sangre noble, entendía y tal vez compartía las tribulaciones de aquellas dinastías de elevado linaje cuyo prestigio y poder fue derribado por las luchas unionistas de los revolucionarios, encabezados por Garibaldi, que reivindicaban la unificación de la desmembrada Italia. La caída de aquel preeminente, intocable y hermético círculo de sangre azul quedaría bien reflejada en la nostálgica “El gatopardo”,  Pero el realizador igualmente se metía en la piel del sector radicalmente opuesto, el pueblo llano. Nada más puramente representante de la población de a pie que sus actores. Curioso el extremo contraste entre la vecina de barrio del montón que la magnífica Magnani representó en “Bellísima”, y la refinada condesa trentina a la que Alida Valli daría vida tres años después en “Senso”. En este drama de época, Visconti tantearía el tema de la unificación nacional como fondo de un trágico romance entre una condesa italiana y un soldado de la ocupación austríaca. Al principio, ella defiende la causa revolucionaria, la expulsión de los invasores y la independencia, pero se enamora de un joven militar austríaco y a partir de entonces todo queda en un segundo plano, muy lejos de lo que la lleva en volandas, que es su amor secreto. Muchos obstáculos están en contra: ella está casada, y él es del bando enemigo.La trama, vista desde la pasión de la dama, toca unos momentos candentes en la historia italiana, una época revuelta de inminentes cambios en la que el Antiguo Régimen tocaba a su fin, pero esboza además otras cuestiones, como los matrimonios de conveniencia en las clases altas que conducían a la insatisfacción y el adulterio, la ceguera del amor que se presenta en una mujer tras el hambre de una sequía interminable, el engaño y la maldad, pero sobre todo, que un minuto de pasión manda al diablo ideales, política, país, estúpida y maldita guerra. Que le pongan a la fogosa condesa un mozo bien plantado que le dé un buen revolcón, y ya sabemos dónde van a parar la prudencia, la honra, la posición y todas las aburridas prevenciones que resguardan la virtud de una dama. Si algo tiene de hermoso y genuino esta película, es la autenticidad de la Valli, esa condesa angustiada pero valiente e ilusionada, viviendo por primera vez las mieles de amar a un hombre. La lírica de las nubes a las que ella se permite alzarse es tan dulce como agorera; intuimos el aire a fatalidad entre el perfume embriagador. Cuando uno se enamora, más vale rezar para que al saltar desde el trampolín haya abajo un profundo lecho de agua y no un duro pavimento. un pleno acierto tuvo la filmación en Technicolor, fue que atrapó para siempre el verde claro de los fantásticos ojos de Alida Valli.

 

 

 

Primera incursión de Visconti en el cine de alta cultura tras tres películas próximas al neorrealismo. Pasarían varios años más hasta la siguiente de tono similar, " El Gatopardo", y terminaría su carrera forjando ese estilo por el que hoy es más recordado gracias a obras como " Muerte en Venecia", " La caída de los dioses", o " El Inocente". Lo que sucede es que a mí me gustan más sus películas modestas, a pesar de no ser tan propias del autor. Si hasta " El Extranjero" , rodada en 1.967, disfruté con todas ellas, a partir de ese año tan solo lo hice con " El Gatopardo " y " Confidencias". Esto se debe fundamentalmente a las mismas razones por las que me entusiasma " Senso", a pesar de su prestigio. Trata sobre el exaltado amor que una aristócrata italiana casada y partidaria de la unificación siente por un teniente austriaco vividor, y todas las calamidades que ha de sufrir la dama por ello. El argumento melodramático, pero el tratamiento de Visconti es totalmente operístico. Cierto es que el despliegue escenográfico es espectacular, riquísimo. No es simplemente un decorado, sino la recreación de un paisaje por alguien muy familiarizado con él. Tan solo Visconti, y si acaso Ophuls, hubieran podido ser capaces de plasmarlo con tanta brillantez. Pero el resto parece seguir más las leyes operísticas que las cinematográficas; probablemente esto se busque deliberadamente...Las cosas suceden porque así lo manda el narrador, no porque éste se preocupe de llevarnos hacia ellas. No hay ritmo como tal, sino un montón de clímax apenas seguidos de breves momentos que hacen las veces de recitativos en el género lírico. Y la interpretación de Alida Valli, desatada, en cuanto a Farley Granger, casi se agradece que no tenga capacidad de expresión, pero tiene la presencia seductora que requiere su personaje. La música de Bruckner tiene una gran fuerza romántica, En definitiva, espectáculo grandilocuente, de colosales sentimientos en apariencia, pero que examinados en profundidad están bien construidos De no ser por su puesta en escena, no sería superior a los melodramas de época que solía interpretar Martine Carol en Francia y que tan criticados fueron por los autores de la " Nouvelle Vague". Es muy distinta a " Rocco y sus hermanos", y similar a " El Gatopardo"...guardando distancias. Senso significa sentido, y este es un filme con personajes carentes de sentido, pero no es nada raro, pues, el sentido común, es el menos común de los sentidos. Éste se convertirá, entonces, en una tragedia y tendrá todos los acentos del melodrama estilo ópera que a Luchino Visconti fascinaba. Abundará así el desdoblamiento corporal, la lágrima fácil, la mirada furtiva, el beso tímido reiterado, el amaneramiento del galán y un ambiente elegante con colores muy cálidos y la música de fondo de los compositores eternos Para complacerse a sí mismo, Visconti entremezclará con su historia apartes de “Il Trovatore”. Y al protagonista lo llamará Franz Mahler con evidente alusión… ya ustedes saben a quienes. Y la historia transcurrirá en Venecia, símbolo del romanticismo en canoa. Y Alida Valli, piel morena con ojos muy claros, llenará la pantalla con su furor latino para decirnos que el amor hay que sentirlo contravenga lo que contravenga y pésele a quien le pese. Pero, luego dejará sentado que, si el amor no corresponde a tus sacrificios y dádivas, deberá pagar con su vida por no ser equitativo. Clásica revelación del siempre rancio amor-transacción. Redunda bien el cuento de la dulce e implacable venganza, y el soldado de inicial impetuosidad, transmutado en irresistible romántico, y reducido a vil desertor y canalla, queda como ejemplo de que con el Noble amor nunca se juega.¡Claro que en la vida hay hombres y mujeres melodramáticos! Y el melodrama no es necesariamente un término peyorativo pues, de ser así, ya la ópera sería un cuento arrojado al río en un par de hojas de platanal. Pero, los afanes obtusos, aunque no sean arrojados merecerían serlo, porque sólo hacen sombra, causan desgracia y dan grima. 

 

 



Una primera media hora parece presagiar un filme sólido, con firmes pilares. La novela de Camillo Boito lograba levantar vuelo. Había fuerza en los diálogos, pues además de Visconti y Cecchi D’Amico, dieron sus puntadas, Tennessee Williams y Paul Bowles. Tuvimos la impresión de una disertación atinada sobre la objeción de conciencia, sobre el reproche a las naciones invasoras y sobre el derecho a defender la autonomía de los pueblos. Pero, el sentir más íntimo de su contexto, pertenece a una época que ya no es la nuestra. Por esto, “SENSO” huele a 1866, y puede verse con la gratitud de una obra pictórica cuya imagen -e idea- no tiene movimiento. 

. Se sabe de Visconti que es un autor de detalles, de ambientaciones espléndidas, de música perfectamente seleccionada, creando un todo que es la obra de arte total, como una ópera. Todo el que ha visto una película suya, sabe que algunas veces la propia historia que se narra pasa a un segundo plano, prevaleciendo sobre todo el lirismo, en una poesía de imagen como pocos han sabido alcanzar... Partiendo de estas pautas previas, he de decir que la película me dio todo lo que yo esperaba. La ambientación es buenísima,  y uno puede pasear por la Serenísima a mediados del siglo XIX entre vaporosos trajes, uniformes y callejuelas perdidas y sombrías sólo iluminadas por unos rayos de luna. Uno espera que haga algo explosión en la trama, que algo corte el hilo narrativo con una tijera oxidada.... El drama se queda correcto, salvo por una de las últimas escenas de la película cuando Livia encuentra de nuevo al oficial, lo demás deja mucho que desear... Incluso el final, unos planos que acentuaran la nota dramática, apareciendo ante el espectador.... Queda uno casi perplejo cuando ve FINE en la pantalla....recomiendo verla....Destacar como dato curioso para los amantes del arte los bellísimos frescos de la villa de Livia, con unas columnas y otros elementos pintados haciendo creer al ojo que tienen una volumetría que no es tal...

 

Visconti rueda con maestría un retazo de la Venecia ocupada por las tropas austriacas.

 

.SENSO es un fresco que refleja brillantemente el modo de la vida aristócrata italiana.

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